El arte digital, a diferencia del tradicional (pintura, grabado o escultura), está formado por un conjunto de imágenes (las cuales pueden poseer movimiento, sonido, efectos especiales, etc.) que son elaboradas en su gran mayoría y en el caso de ser exhibidas por Internet, desde y para un soporte informático.
El término NET.ART hace referencia a las obras de arte creadas para Internet que explotan al máximo la especificidad del medio: su potencial de comunicación e interacción con el usuario y su capacidad para crear contenidos a partir de estructuras complejas que enlazan imágenes, textos y sonidos. Son trabajos que utilizan simultáneamente el potencial de la red como espacio de exposición y medio de creación. Se caracterizan por su capacidad de riesgo e innovación y por su interés en explorar -y a veces traspasar- los límites éticos, políticos y tecnológicos de la red.
En las artes visuales el concepto de soporte alude –en las manifestaciones tradicionales– a la base sobre la cual se inscribe una imagen: lienzo, papel, madera y metales, entre otros. El soporte es una materia relativamente estable (aunque puede sufrir deterioros con el tiempo) y predefinida. Al tratarse de un cuadro, un dibujo, una escultura, éste está presente de manera continua. La imagen informática, por su parte, se muestra en una pantalla, y su presencia nace y muere de acuerdo con la orden “on-off”, indicada al correspondiente comando. La imagen referida no está en el soporte-pantalla del mismo modo que está la imagen pictórica en el pigmento y el lienzo, sino que se encuentra en la memoria de la máquina –aunque no como imagen–, activada por la puesta en marcha del programa en cuestión[1].
El término NET.ART hace referencia a las obras de arte creadas para Internet que explotan al máximo la especificidad del medio: su potencial de comunicación e interacción con el usuario y su capacidad para crear contenidos a partir de estructuras complejas que enlazan imágenes, textos y sonidos. Son trabajos que utilizan simultáneamente el potencial de la red como espacio de exposición y medio de creación. Se caracterizan por su capacidad de riesgo e innovación y por su interés en explorar -y a veces traspasar- los límites éticos, políticos y tecnológicos de la red.
En las artes visuales el concepto de soporte alude –en las manifestaciones tradicionales– a la base sobre la cual se inscribe una imagen: lienzo, papel, madera y metales, entre otros. El soporte es una materia relativamente estable (aunque puede sufrir deterioros con el tiempo) y predefinida. Al tratarse de un cuadro, un dibujo, una escultura, éste está presente de manera continua. La imagen informática, por su parte, se muestra en una pantalla, y su presencia nace y muere de acuerdo con la orden “on-off”, indicada al correspondiente comando. La imagen referida no está en el soporte-pantalla del mismo modo que está la imagen pictórica en el pigmento y el lienzo, sino que se encuentra en la memoria de la máquina –aunque no como imagen–, activada por la puesta en marcha del programa en cuestión[1].
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